En un reino lejano de América del Sur, existe un territorio con una gran y maravillosa naturaleza. Sus habitantes son descendentientes de una raza aborígen misteriosas; no obstante a lo largo de su historia fue integrando otras culturas europeas y asiáticas. Estos hijos de coreanos, japoneses, polacos, españoles, suecos, entre otros fueron conglomerándose y uniéndose hasta formal un crisol de razas únicas. Hombres, mujeres, niños, cada uno de ellos únicos y al mismo tiempo una gran colectividad: Singular y compleja.
A medida que te adentras a este mundo puedes hallar distintos sonidos, desde un chamamé, una polca, una ranchera, un balerón, o el suave sonido de flautas y otros instrumentos exóticos de las tribus guaraniés que aún subsisten con la cultura blanca, como ellos llaman a todos los que no forman parte de su cultura y creencias. Un lugar de creencias milenarias, entremezcladas con los ritos católicos y evangélicos, entre otros tintes religiosos. En otras palabras, un territorio de oportunidades, aquí encontrarás el espacio que más te reconforte. Mi tierra colarada, es la "MADRE NATURALEZA", ella te alimenta, te abriga y te castiga. En mi piel, ella está impregnada, en cada rasgo de mi rostro se define una ascendencia ambigua, que me identifica, que me distingue y me diferencia de los demás.
Mi Tierra Colorada es la misma Torre de Babel, con la única diferencia que cada habitante de la misma es humilde ante la fuerza divina que nos formó. Todos compartimos una lengua, el amor a nuestras raíces, y también somos políglotas: español, portugués, alemán, ucraniano, guaraní.Y, es así que el sonido de estas extrañas voces se unen en el canto mismo de los arroyos, con el susurrar de las hojas de los árboles, con el canto de un viejo pájaro y el sonido fuerte del corazón Misionero.
Gente Linda es la de Misiones, lindo es mi pago, y toda ella forma parte mi cuerpo. Simplemente es lo que soy.
